Del 27 al 31 de julio de 2025 se celebró en la Casa Emaús de Santa María de Trassierra (Córdoba) el V Encuentro de Jóvenes por la Interculturalidad, bajo el lema Cruzando Fronteras. Durante cinco días, 23 jóvenes de Camerún, Egipto, Gambia, Guinea-Conakry, Irak, Marruecos, Perú, Sáhara Occidental y España compartieron experiencias, aprendizajes y emociones en un espacio de convivencia y crecimiento.
El encuentro, promovido por el Grupo de Migrantes y Refugiados de la Institución Teresiana, junto con las asociaciones Igualdad y Desarrollo Social (AID) y AMISI, se ha consolidado como un referente en la construcción de ciudadanía intercultural. Muchos de los participantes aún se encuentran en pleno tránsito migratorio y este espacio les ha permitido compartir su recorrido, descubrir fortalezas y sentirse acompañados en sus procesos personales.




Durante las jornadas, se desarrollaron ponencias, talleres, coloquios, proyecciones y actividades culturales. Los temas giraron en torno a la identidad, la convivencia y la interioridad, con dinámicas tan simbólicas como ¿Qué traigo en mi mochila?, El globo de mis identidades o Te presento mi origen y mi tránsito migratorio. También hubo momentos de reflexión —“Una vida con corazón”, “Construir interioridad”— y de celebración, como el concierto intercultural con la Banda Samarkand, la velada de músicas del mundo o el cinefórum sobre Querida Bamako (Omer Oke, 2007).
La gastronomía fue otro punto de encuentro. En las comidas se compartieron sabores de todo el mundo: cuscús, tajín de pescado, causa limeña, ceviche o paella. La piscina, los juegos cooperativos y la fiesta nocturna reforzaron el espíritu de equipo y la alegría de convivir.
Entre quienes dinamizaron la experiencia estuvieron Lili Coronado y Aws Turki, voluntarios del Proyecto Rajab; Joaquín Vergés, de AMISI; Francisco Campos, de AID; y Pura Hidalgo, también de Rajab. Cada uno aportó su talento: desde las reflexiones cinematográficas hasta las recetas, la música o la animación de grupo.
Francisco Campos resume el espíritu vivido:
“Este encuentro es un hospital de campaña donde se acoge, escucha y acompaña sin prejuicios. En medio de las risas, los rezos y los paseos nocturnos, se intuye la presencia de Dios en cada historia de vida, en cada mirada, en cada paso hacia adelante.”
Las tres palabras que todos repiten —fortaleza, alegría y esperanza— resumen el espíritu de este verano. Ahmed, joven marroquí, lo expresó con sencillez:
“Fortaleza, alegría y esperanza… que me las da Dios.”
El grupo cierra esta edición lanzando una invitación abierta a jóvenes españoles y migrantes a participar en la próxima:
“Atrévete a cruzar fronteras con nosotros el próximo verano. No te arrepentirás.”
Un año más, Cruzando Fronteras demuestra que la diversidad, cuando se vive con respeto y amor, se convierte en una fuente de humanidad compartida.