El pasado mes de octubre, desde la Asociación AID de Córdoba retomamos un curso más las clases de apoyo escolar dirigidas a niños y niñas de los barrios del Guadalquivir y Sector Sur. En este grupo participan menores desde 1º de Primaria hasta 3º de la ESO, algunos de origen español y otros de nacionalidad marroquí, nigeriana o marfileña, reflejo de la diversidad que caracteriza a nuestro entorno.

Las clases se desarrollan los lunes, miércoles y jueves, en horario de 17:00 a 19:00, en el local de ACISGRU, situado en el pasaje Ayamonte. Durante estas dos horas combinamos el trabajo académico —tareas del colegio o instituto, refuerzo de contenidos y hábitos de estudio— con espacios de juego y una merienda compartida, entendiendo que el aprendizaje también necesita cuidado y clima de confianza.
¿Por qué apostamos por el apoyo escolar?
Porque creemos firmemente que la educación es una de las herramientas más poderosas para que las personas puedan ser dueñas de su propio destino. En barrios donde las oportunidades no siempre son iguales, prevenir el fracaso escolar es clave para abrir caminos de futuro. Cuando un niño o una niña se queda atrás en sus estudios, el riesgo de exclusión aumenta, y desde AID queremos estar ahí antes de que eso ocurra.
Actualmente atendemos, en la medida de nuestras posibilidades, a 5 jóvenes de la ESO y 14 de Primaria, gracias al compromiso de tres voluntarias, vecinas del propio barrio y estudiantes de la Universidad Loyola Andalucía, que acompañan a los menores con cercanía y constancia.


Además de las clases, alternamos el refuerzo escolar con actividades culturales y educativas. En este trimestre hemos visitado el Palacio de Viana y acudido al cine para ver Extinction, una experiencia que nos permitió trabajar valores como el cuidado de la vida, de todas las vidas, y el respeto por la naturaleza y el patrimonio.
Desde AID queremos agradecer a las familias que confían en nosotros el acompañamiento educativo de sus hijos e hijas, así como a las personas y entidades que nos apoyan económicamente o nos ceden el uso de sus espacios. Gracias a esa red de confianza y colaboración, seguimos apostando por una educación que abra horizontes y construya futuro desde el barrio.
